Dicen que de los errores se aprende, pero cuando un error lastima a otro y deja una marca, ¿de qué sirve la lección? Cuando el error que cometiste no tiene solución, cuando cometés un error que puede poner en peligro lo que amás, cuando el error puede ser mortal, cuando un error estúpido te marca para toda la vida, cuando un error no tiene perdón…cuando ya es demasiado tarde y por más que hagas lo que hagas no puedas reparar tu error, solo se puede llorar, porque hay errores que no tienen arreglo. Un corazón roto es como la botella que se rompió en el verano, partida en pedazos, ya no se puede reparar. Son errores fatales, errores imperdonables, errores que nos torturan toda la vida. Desesperados intentamos reparar ese error, hacer algo que al menos pueda remendar en parte todo lo que hicimos. Hay errores que cambian tu vida para siempre. Hay errores inesperados, fuera de todo cálculo… son errores que no tienen arreglo. Por arreglar ciertos errores uno daría su vida.”

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